El punzonado de la plata en el mundo (I)

Caja de tocador realizada en plata mexicana
Caja de tocador realizada en plata de ley mexicana de 925 milésimas

Es significativo el interés suscitado por los artículos del blog que analizan el mundo de los contrastes en la platería y, para dar respuesta a esta demanda de nuestros lectores, en esta ocasión queremos abordar el punzonado de la plata en el ámbito mundial, una tarea ardua y compleja.

La idea se desarrolla en dos capítulos que, de forma sucinta y focalizada en los países más conocidos, desvelarán, en la medida de lo posible, las principales características de los sistemas de marcaje del metal precioso a lo largo del orbe.

Como nuestros seguidores habituales conocen ya hemos analizado el marcaje en España e Inglaterra y ofrecido pinceladas de otros lugares, así que hoy precisaremos este último punto con una lista de naciones orientales y occidentales y sus usos en esta materia.

Con este relato cerramos el capítulo de los sellos de la plata, a falta tan sólo de una futura entrada que analizara las marcas del metal chapado, la alpaca, la plata alemana y los diferentes plateados, una cuestión que genera mucha confusión entre los aficionados, pero para eso habrá que esperar al próximo año.

Aquí tenéis la relación anunciada:

– Alemania

Hasta 1886 la plata alemana y prusiana se certifica mediante el antiguo método de símbolos de marcas de ciudades (águilas, castillo con tres torres, oso, llave, león rampante, dos cruces, gallo, diosa Fortuna, caballo, cisne…).

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Sello alemán de luna creciente y corona

Existen algunas peculiaridades como Hamburgo, donde el gremio de orfebres introduce además una letra para identificar al Maestro de Ensayo y también implanta la marca de concesión que habilitaba a algunos profesionales a trabajar en la ciudad bajo severas restricciones, o Hanau con una serie de sellos de fantasía que escapan a los registros oficiales gracias a su estatus comercial y político y que imitan a los antiguos en piezas que también recrean estilos pretéritos.

Durante esta etapa la calidad de la plata se expresa en loth, una histórica unidad de medida de peso de Bohemia en la que 12, 13, 14, 15 y 16 corresponden a 750, 812, 875, 937 y 999 milésimas.

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Contrastes germanos con el punzón oficial, el sello de la manufactura y el valor en milésimas

Dos años más tarde se unifica por decreto el sistema de acuñación del territorio, desaparecen los sellos anteriores y se establece como marca oficial la luna creciente acompañada de una corona, simbolizando el estado germano, y el indicador de milésimas, un contraste que permanece vigente en la actualidad.

Signos que suelen combinarse con el punzón del fabricante.

– Argentina

Desde los años sesenta la plata se marca con un contraste que consiste en un cartucho romboidal con el valor en milésimas grabado en el interior.

– Australia

Entre finales del siglo XIX y la posterior centuria, el estándar de plata se refleja con la estampa ‘Sterling silver’, que muchas veces se muestra en forma abreviada (STG SIL) o en combinación de ambos usos (STG Silver). También suele venir acompañada de otros sellos como las iniciales del marcador o del fabricante.

– Austria-Hungría / Imperio Austro-Húngaro

En el siglo XVIII el contraste consistía en un círculo con cruz que en el borde exterior presentaba arriba un dígito alusivo a la pureza de la plata manifestada en loth y la fecha de manufactura en dos líneas a los laterales.

Sello austriaco de 1792
Sello austriaco del año 1792

Durante la centuria siguiente y hasta 1866, el punzón cambia ligeramente su diseño y en la parte superior del círculo se muestra el número con la calidad del material y el contorno se utiliza para indicar la ciudad (arriba) mientras que la ubicación de la fecha no se altera.

Entre 1866 y 1922, con la llegada de la monarquía Austro-Húngara, se establece un sistema de sellos homogéneo para todo el imperio que durara hasta un trienio después de su caída tras la Primera Guerra Mundial.

El punzón principal pasa a ser el busto de la Diosa Diana con una pequeña media luna sobre la cabeza y la forma del cartucho que lo rodea (un círculo con cinco lóbulos o con cinco lóbulos y la base recta, un hexágono o un pentágono) y el número (1-4) que aparece en su interior fijan la pureza (950, 900, 800 y 750).

Contraste Austro-Húngaro en un bolso de fiesta
Contraste de la ciudad de Bohemia en un bolso de fiesta

Desde 1872 se usa también una letra para reflejar la ciudad de ensayo (A, B, C, D, E, F, G, H, K, L, M, N, P, R, T, U, V). Los centros productores más importantes fueron Viena, Praga, Brno, Linz y Zagreb.

En cuanto a los objetos pequeños, se usan marcas como las cabezas de perro y león (800 y 750 milésimas).

– Austria

Tras la caída de la monarquía, el Imperio se disuelve y sus territorios se disgregan en naciones (Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia y Austria). La república, que agrupa a la mayoría de germano-hablantes, crea un nuevo sistema de acuñación en 1922.

Se adoptan como sellos para la plata la cabeza de la abubilla y el tucán. La calidad del material se fija en función de la forma del cartucho en cuyo interior aparece un número (1-4) y una letra (G, I, K, L, S, W) alusivos a las milésimas (800, 835, 900, 935) y a la ciudad de origen (Viena, Salsburgo, Linz, Graz, Innsbruck y Klagenfurt).

En cuanto a las piezas importadas, se marcan con un punzón de un ala que, al igual que en casos anteriores, se acompaña de un número y una letra.

A partir de 1972, cuando el país se integra como miembro fundador en la Convención de Contrastes, adopta las calidades de 800, 830, 925 y 999 milésimas enmarcadas en un punzón con una báscula, el oficial usado por todos los integrantes de esta organización internacional, mientras que la letra de ciudad se marca con otro sello.

– Bélgica

Entre 1831 y 1868 se emplea un cartucho con una lira o un busto de doble cara para marcar la plata de 800 milésimas.

A partir de este último año y hasta principios de la década de los cuarenta, el marcaje no es obligatorio y coexisten sellos oficiales para la primera y segunda ley (A1 y A2 para 900 y 800 milésimas) con contrastes de fabricantes indicando la pureza en dígitos.

Desde 1942,  la marca estatal aparece junto al sello del fabricante, en un cartucho que adopta forma romboidal.

– Brasil

Durante los siglos de colonización la plata desempeñó un papel relevante en la vida brasileña como fuente principal de decoración de casas e iglesias pero no será hasta principios del siglo XVII cuando se tenga constancia de las primeras piezas autóctonas.

Debido a la ausencia de metal precioso en el territorio, se empleaban al principio las monedas macuquinas que llegaban de las minas de México y Perú y los orfebres sufrieron amenazas de sanciones ante la reducción de dinero en circulación.

Punzones usados en la ciudad de Bahía
Punzones usados en la ciudad de Bahía

Además, el oficio estaba limitado a personas de sangre pura devotas de la Iglesia y excluía a judíos, africanos y asiáticos que sólo en la centuria siguiente, al aumentar la demanda de platería, se incorporan al gremio con permisos especiales.

El país sigue las reglas del marcaje portugués y emplea letras coronadas (R para Río, B para Bahía…) y dígitos para la pureza, junto a las iniciales del maestro, pero muchas piezas eluden los controles y aparecen sin marcas.

En el XVIII la independencia del país supone un gran impulso para el sector de joyería y platería y, bajo el reinado del emperador Don Pedro II (1831-1889), las piezas adoptan influencias europeas.

La producción es muy numerosa y abarca candelabros, bandejas, cubiertos, saleros, tinteros, juegos de té y café o dagas, con mayor presencia de plata religiosa (custodias, incensarios, copas, cruces…) que profana.

Hay algunas marcas conocidas (Angelo Fracalanza y Eberle) pero también se emplean expresiones engañosas para el coleccionista como Brazil Silver, Brazilian Silver y Nevada Silver que no aluden a plata de ley sino a níquel plateado y chapado.

– Bulgaria

A partir de 1910 el metal precioso se marca con una corona de cinco puntas y una combinación de letra y dígito (A1, A2, A3, A4 y A5) para indicar la pureza (500, 750, 850, 900 y 950 milésimas).

Como marca de importación se utiliza la letra H.

– Canadá

Después de la Segunda Guerra Mundial se crea el estándar mínimo de 925 milésimas que se da a conocer estampando las palabras ‘Sterling’ o ‘Silver’ en la pieza, además del sello de la manufactura.

– Checoslovaquia / República Checa

Durante los siglos XVII, XVIII y XIX aparecen marcas con escudos de armas, un mazo y un martillo cruzado, la puerta de un castillo con dos cruces, una fortaleza con tres torres y heráldicas con águilas.

Entre 1922 y 1929 se usa el busto de una mujer con pañuelo con un número alusivo a la calidad (950, 900, 800 y 750 en una graduación de 1 a 4), punzón que se reserva en años posteriores para los artículos de mayor tamaño, y también la cabeza de perro y la de Ram.

Desde esa fecha hasta 1942 el contraste más frecuente es un sello de forma piramidal, con tres colinas, una cruz de doble brazo y un dígito del 1 al 5 (959, 925, 900, 835 y 800 milésimas).

A partir de la década de los cuarenta en Bohemia y Moravia se utiliza un punzón triangular con el número indicativo de la calidad del material insertado en el interior.

Contrastes para los metales preciosos en la República Checa
Contrastes para los metales preciosos en la República Checa. Fuente: www.ceskamincovna.cz

En la actualidad, los sellos habituales en la República adoptan formas animales con un conejo y la cabeza de una cabra acompañados del correspondiente número (0-5) que representa una gama de purezas de seis estratos, de 800 a 999 milésimas.

Para la exportación se opta por las marcas del ancla y la Flor de Lis.

– China

Los contrastes empleados en los artículos de plata fabricados para ser exportados a Occidente durante más de un siglo (1775-1880) guardan muchas similitudes con los sellos británicos a los que imitaban y también con las marcas de las monedas estadounidenses elaboradas con este material lo que los hace confusos y difíciles de interpretar.

Objetos elaborados en los talleres asentados en Hong Kong, Cantón, Shanghai y Pekín muestran líneas como las inglesas y con asiduidad aparecen el león pasante y el leopardo coronado, así como bustos que equivalen a las ‘duty marks’, letras para indicar la fecha y la compañía e incluso pictogramas como el ancla de Birmingham.

En otras ocasiones se recurre a caracteres en idioma local, solos o combinados con sellos de letras o estampas con la marca grabada y, en torno a principios del siglo pasado, es frecuente que, a veces, las piezas luzcan las palabras ‘Sterling’ o ‘Silver’ y también los dígitos 90 alusivos a la pureza junto a otros punzones.

Marca de platería china
Marca de platería china

– Corea

La plata, abundante y extraída en el país desde la Antigüedad, era un importante elemento para el comercio exterior con las naciones vecinas y durante siglos se uso con moderación para laminados sobre bronce o apliques en intrincados trabajos en hierro que no se contrastaban.

Sólo en el siglo XIX empiezan a aparecer pequeños objetos rematados en plata maciza pero hasta la anexión del país por parte de Japón no se fija un método para garantizar la pureza del material.

A partir de 1910 y hasta 1945 se siguen los hábitos japoneses de los caracteres chinos y también coreanos, con diversas leyendas para expresar plata pura, plata y plata de…, y no aparece la indicación de milésimas.

Tras la derrota de Japón y la independencia de Corea, la expresión autóctona en grafía local para designar la plata pura fue el punzón más habitual.

En torno a la década de los sesenta surgen otras marcas para identificar la plata maciza que, a veces, vienen en conjunción con los sellos de pureza aunque sigue sin existir un símbolo nacional para el metal.

Las piezas se estampan con el término en inglés Silver, acompañado del número de milésimas o la palabra junto a alguna grafía local, con las siglas STG para designar la plata de ley y también con el porcentaje de pureza (70, 80, 90 y 99%).

– Dinamarca

En 1893 el país promulga una ley que anuncia un nuevo sistema de marcado de la plata que gira en torno a cuatro sellos relativos al ensayador, el platero, el fabricante y la pureza.

En caso de no existir indicador numérico para la calidad del material, la marca oficial garantizaba un mínimo de 826 milésimas, límite que subiría a mediados de los años treinta a 830 y 925 milésimas aunque este último valor ya se había empleado con anterioridad en piezas destinadas al mercado exterior.

El punzón del ensayador (tres torres) representa a Copenhague desde 1608 aunque hasta la promulgación de la norma coexiste con los del resto de centros productivos como Odense, Aarhus o Viborg. Aparece siempre con dos dígitos en la base que hacen referencia al año de producción.

Evolución del punzón danés de tres torres
Evolución del punzón danés de tres torres. El último ejemplo, con sólo dos construcciones, sólo se usa en el metal plateado

Sin embargo, la legislación es muy flexible en esta materia y casi ninguno de los artículos manufacturados por firmas danesas relevantes cumplen estos parámetros aunque sí muchos de casas más pequeñas que carecían de la fama y el prestigio de las primeras.

El nulo seguimiento a las directrices oficiales hace que el método se deseche en 1977 y a partir de entonces los contrastes se componen, en general, de las iniciales del fabricante, la combinación alfanumérica 925S o las leyendas ‘Sterling’, ‘Dinamarca’ y ‘Danmark’.

– Egipto

Desde principios del siglo pasado, la nación opta por marcar los objetos de platería con un cartucho secuencial con tres símbolos.

El primero se refiere a la oficina de ensayo, indicada con una abreviación, y a la calidad de la plata, expresada con dos caracteres (70, 80 y 90-700, 800 y 900 milésimas), el siguiente, el punzón estatal, refleja primero un gato (1916-45) y después una flor de loto, y, en último lugar, aparece la letra de fecha, al principio grabada con caracteres romanos y desde los años cuarenta con letras árabes.

– Escocia

La nación sigue criterios idénticos que el sistema inglés y la lectura de sus contrastes puede descifrarse en el artículo sobre la platería en el Reino Unido.

Tan sólo indicar que el sello de Edimburgo viene representado por una fortaleza con tres torres y que la plata de ley manufacturada en la ciudad no se marca, al contrario que en el resto de Inglaterra, con el león rampante sino que lo hace, hasta 1975 cuando lo adopta, con la imagen de un cardo.

Contrastes de Glasgow y Edimburgo
Contrastes de Glasgow y Edimburgo

Por su parte, Glasgow, que se identifica con un árbol, sí adopta el león pero lo muestra apoyado sobre sus patas traseras.

– España

Para consultar toda la información sobre los punzones y los sellos de la platería española os remitimos al artículo publicado en el blog en noviembre de 2014:

http://elblogdelcoleccionistaeclectico.com/2014/11/13/contrastes-y-punzones-en-la-plateria-espanola/

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Punzón español en una pitillera ornamentada

– Estados Unidos

En el país no se adopta un estándar nacional para la plata aunque la ciudad de Baltimore sí mantiene su propia oficina de ensayo entre 1814 y 1830.

Durante esos primeros años, el material precioso se obtiene de la fusión de las monedas que presentan purezas variables por lo que las piezas eran conocidas como plata de moneda y se marcaban como ‘coin’, ‘pure coin’ o aparecían sin sellos.

Una vez se aprueba la legislación nacional que determina el estándar mínimo de calidad (año 1868), las piezas vienen punzonadas con la palabra ‘sterling’ y el dígito 925 o la referencia 925 / 1000.

Sello de plata de la empresa Gorham
Sello de plata de ley de la empresa Gorham

Como el país tampoco cuenta con un sistema estatal cronológico para datar los artículos, muchas empresas como Tiffany y Gorham adoptan modelos propios de marcado para discernir la fecha de manufactura.

Lo más habitual en la platería estadounidense es que no aparezcan marcas de ensayo, ciudad ni fecha pero siempre esté presente el sello del fabricante, un logotipo preciado que generaba conflictos corporativos por plagio o parecidos indeseados.

La ley americana no exige marcar la plata para garantizar su pureza pero obliga a las compañías a incluir su distintivo si desean emplear alguna estampa de calidad.

Sin embargo, es posible seguir el rastro de los objetos fabricados en los Estados Unidos gracias a las firmas de los orfebres y las marcas pictóricas.

Existen multitud de marcas, al margen de las británicas que exportaban sus productos a América, y se usan iconos de toda índole (animales, personas, criaturas míticas, peces, pájaros, plantas, cuerpos celestes, edificios, armas, banderas…).

En muchas ocasiones, por tanto, es necesaria una investigación en profundidad para conocer mejor lo que se tiene entre manos.

– Estonia

En los inicios de los años veinte los artículos se contrastan con el sello oficial de dos marcas, una flor de Lis y las letras EW (República de Estonia) junto al número 84 referido al estándar de 875 milésimas.

Desde 1924 a 1939 el sello nacional pasa a ser el león pasante que aparece junto al indicador de pureza (800, 875, 900 y 935).

En ambos casos lo usual es que también se incluyan las iniciales del fabricante.

– Finlandia

El método adoptado en la nación nórdica guarda equivalencias con el británico y se compone del sello del orfebre, el punzón del país, el marcador de pureza, el icono del lugar de procedencia y el código de datación.

El contraste oficial se representa desde 1810 con una corona de cinco puntas enmarcada en un cartucho con forma de corazón y la calidad del material, expresada con valor alfanumérico, oscila con los años (813, 830, 875, 916 y 925 milésimas-M-).

En cuanto al código de fecha empieza en el mismo año con las letras del alfabeto y desde 1834 se compone de números y letras (A2, P3, V5, Z8…) mientras que la ciudad (Helsinki, Turku, Heinola…) se determina con distintas imágenes.

Algunos fabricantes refuerzan estas indicaciones con expresiones como Sterling Finland en piezas dirigidas a la exportación.

Contraste europeo en la bisagra de un cierre de plata de un libro
Punzón europeo en la bisagra de un cierre de plata para libro

– Francia

La práctica del contraste surge en el país galo, uno de los más avanzados del mundo en esta materia aunque con un sistema histórico complejo y difícil de interpretar, en torno a 1250 como una marca ligada inicialmente a la ciudad productora.

Las localidades se identificaban a través de diversos símbolos como la ballesta, la bota, la báscula, el quinqué, la copa o el pavo real (Amiens, Aurillac, Apt, Auxerre, Beaune y Metz), y no será hasta el siglo XIV cuando los orfebres parisinos comiencen a incorporar también sus propios sellos a las piezas.

El primer punzón de garantía estándar aparece en 1543 bajo el reinado de Francisco I y en 1672 con Luis XIV se incorporan otros dos sellos llamados de ‘carga y descarga’ para dotar de recursos a la corona, una medida que Inglaterra copiará en la siguiente centuria con la implantación de las duty marks.

En el siglo XVIII las principales marcas que se emplean son la del fabricante, las de ‘carga y descarga’ para el pago de deberes y derechos y la de ‘maison commune’ / ‘Jourande’.

La primera consiste en una flor de Lis coronada con dos puntos a los lados y las iniciales del platero situadas debajo, rodeando un icono elegido por cada orfebre, mientras que la segunda, que se graba tras la anterior sobre el objeto en construcción, se distingue por el estilo ornamental de la letra utilizada (A para París, B para Rouen, C para Caen…) y los elementos que la acompañan como floretes o aletas.

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Punzón francés con gallo
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Cabeza de Minerva

Por su parte, la de ‘descarga’, la única que se estampa en el artículo ya terminado, se caracteriza por su pequeño tamaño y la variedad de signos designados (conchas, coronas, bustos, cabezas de animales, caballos…) y la última refleja una letra coronada creada por el gremio de plateros para garantizar la finura del material que se implanta a finales del siglo XV y cambia cada año siguiendo el orden alfabético.

Francia declara la abolición de la agrupación de plateros en 1791, lo que trae consigo una etapa convulsa en materia de punzones, con falta de controles y sellos no oficiales como los estampados por la asociación de orfebres (cabeza de mujer griega) hasta que, seis años más tarde, se reintroduce el sistema de acuñación por milésimas, con un estándar oficial para la primera ley de 950 milésimas (cabeza de jabalí) y otro para la plata de 843 (cabeza de caballo).

Un nuevo organismo llamado Dirección de Garantía se encarga de supervisar la calidad de los materiales en lugar de las asociaciones profesionales.

Se usa un sello para estampar artículos grandes y pequeños que representa la cabeza de la Libertad, una chica de perfil ataviada con gorro frigio que garantiza una pureza de 800 milésimas en el material.

También se emplea un gallo, representado de frente y de lado e insertado en un octógono con un número en el interior para la pureza (1-2), y un busto masculino.

En años posteriores aparece el mismo animal en cartuchos también ovalados y en diferentes posiciones mientras que el retrato del hombre se sustituye por cuatro bustos nuevos, dos por sexo.

A partir de 1809 surgen, además de una cabeza de águila con tres calidades de plata (1-3) que se estampa en los objetos pequeños, el busto de Ceres, la diosa romana de la Agricultura, y el de Mercurio, recreado con un casco alado, ambos para un estándar mínimo de 800 milésimas.

Entre 1819 y 1838 se crea un nuevo punzón, una serie de seis insectos que identifican a París y las regiones, y será a partir de entonces cuando se establezcan los contrastes que se mantienen invariables hasta el día de hoy con la cabeza de Minerva en valores de 800 y 950 milésimas y, posteriormente, el busto de Mercurio para las piezas de exportación.

El sello para los artículos de pequeñas dimensiones y 800 milésimas se representa con una cabeza de jabalí o un cangrejo.

Ambos punzones pueden mostrarse junto al sello del orfebre o del fabricante y lo usual en los artículos que aparecen en el mercado hoy en día es que tengan estos dos sellos, la cabeza de Minerva o del jabalí y el sello del orfebre / fabricante.

En la actualidad, existe un busto de la diosa con pureza de 925 y un icono de un florero para la plata pura (999).

Sello de 925 milésimas en un pastillero de finales del siglo pasado manufacturado por la casa francesa Cartier
Sello de 925 milésimas en un pastillero de finales del siglo pasado manufacturado por la casa francesa Cartier

– Holanda

El país no goza de un sistema homogéneo para corroborar la pureza del material hasta principios del siglo XIX.

En etapas anteriores, existe la histórica tradición de estampar la plata con el distintivo de ciudad y la fecha de fabricación aunque cada gremio urbano tenía su propia marca y modelo alfabético.

Amsterdam fue la primera ciudad en usar la letra de fecha en 1503, un método que, pronto, se extendera a otras localidades bajo la dirección de las agrupaciones de orfebres.

Entre los siglos XV y XVIII el contraste impulsado por los gremios, que fueron abolidos en 1798, solía incluir la letra, el escudo de la población, el sello estándar holandés (un león coronado rampante) y la estampa de la manufactura.

Punzones holandeses de plata de ley
Punzones holandeses de plata de ley

Desde 1814 a 1953, el cartucho mantiene la marca del maestro y la letra pero el león puede ser rampante o pasante según el nivel 1 o 2 de calidad, un estándar de 934 y 833 milésimas, y aparece la cabeza de Minerva con una letra que identifica la oficina de ensayo.

Otros punzones son la espada estampada en solitario (1814-1905), indicativa de una pureza mínima de 833 y empleada en piezas de reducidas dimensiones, la V coronada para marcar objetos importados y la llave que aparece junto al león y la espada en los objetos derivados a los mercados exteriores.

El sistema holandés deja durante más de un siglo (1814-1931) en manos de cada ensayador la responsabilidad sobre la exactitud de su trabajo y de la acuñación y sólo en ese último año una oficina estatal de ensayo se hace cargo del control.

Desde principios de los cincuenta de la centuria pasada se fijan dos punzones oficiales, el león pasante con el número romano I o II (925 y 835 milésimas).

A partir de 1987, con la Ley de Contrastes, las oficinas de análisis se privatizan.

– Hungría

A finales de los años treinta y durante cerca de tres décadas, el país marca la plata con el busto de una mujer con el pelo recogido en la nuca, mirando a la derecha y con una pequeña media luna sobre la cabeza.

El motivo viene enmarcado en un cartucho geométrico con un número alusivo a la pureza (1, 2 y 3 para 935, 900 y 800 milésimas).

Continuará en enero…
Punzón en un brazalete de plata mexicana
Punzón en un brazalete de plata mexicana

Espero que os haya gustado la entrada. El próximo mes la completaremos. Que tengáis Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.

Artículos e ideas originales para sorprender regalando
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