Timbre de mesa fabricado probablemente en los talleres de Eibar o Toledo entre los años cincuenta y sesenta.
Se trata de una pieza de alta calidad que presenta forma de tortuga y tiene la base acabada en bronce mientras que el caparazón está rematado en hierro pavonado en negro, decorado con oro de 24 quilates.
El trabajo de artesanía, conocido como damasquinado y actualizado en nuestro país por la familia de los Zuloaga, consiste en la plasmación de dibujos mediante la introducción o ataujía de finos hilos de oro en hierro.
El objeto, que pesa 380 gramos, mide 14,5 centímetros de largo por 7,5 de ancho y 5,3 de altura y lleva la campana interior niquelada.
Se ornamenta en la concha con una escena de Don Quijote y Sancho Panza, los famosos personajes de Cervantes, cabalgando por las tierras de La Mancha, además de cercos de puntos y una cenefa de flores y hojas.
Por su parte, la cola, las patas y la cabeza están trabajadas con finura y decoradas con acanalados y escamas.
Presenta una manivela en la base para cargar la cuerda y se encuentra en perfecto estado de conservación para sus años, con mínimas señales debidas al uso y el paso del tiempo.
El timbre, una interesante pieza de colección que además admite un uso diario para despacho o recepción elegante, tiene una sonoridad excelente y se activa presionando tanto la cola como la cabeza.