Alcancía, cerdito, chanchito, cofrecillo, ladronera, vidriola, hurtadinero, olla ciega, almajarra, huaca, furchaina, sparschwein, kanzîya, tireline, piggy bank, money box, cèlèngan… el extenso vocabulario existente en castellano y otras lenguas para definir este objeto destinado al almacenaje de dinero denota su antigüedad y la tradición social que acompaña su uso.
Las huchas de ahorros de las que hablaba Cervantes, en origen vasijas y recipientes ovoides cerrados, elaborados con arcilla no vidriada y dotados de una hendidura estrecha por donde echar las monedas que obligaba a romperlos para recuperar el capital, se vinculan a la necesidad humana de salvaguardar la riqueza.
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