Montblanc, la histórica y legendaria compañía alemana de artículos de escritura, decide a principios de los años noventa modificar su estrategia comercial y su imagen de marca, sustentada básicamente en su icónico modelo Meisterstück 149, para orientar su actividad hacia la gama más exclusiva del mercado.
Descataloga sus referencias económicas y, desde su nueva sede en Hamburgo que aglutina los diferentes departamentos, comienza a edificar una cultura corporativa ligada a la excelencia, el lujo, la distinción, la elegancia y el estatus, valores intangibles que dotan a sus productos de un aura que multiplica su valor y los aleja de la competencia.
Esta política, acompañada de una fuerte expansión internacional que pone el foco en tiendas propias, boutiques y puntos de venta selectos y de una diversificación empresarial con la pujante entrada en los sectores de marroquinería, joyería y relojería, se centra en ligar la escritura al arte mediante el lanzamiento de ediciones limitadas de coleccionistas.
La decisión se revela acertada en un contexto de crecimiento económico y será adoptada a corto plazo por la mayoría de empresas del ramo, aunque ninguna, salvo algunas casas italianas como Montegrappa, alcanzara el grado de sofisticación de la firma germana.
Un excelente volumen publicado en el año 2010, Montblanc Collectables: creations of passion, compendia todas estas piezas reunidas en las colecciones Patrón de las Artes, Escritores, Hitos Especiales, Grandes Personajes, Diva, Leyendas Contemporáneas, Compositores y Directores de orquesta y ediciones anuales (Patron of Art, Writers Editions, Special Theme, Great Characters, Diva Line, Donation Pens, Annual Editions).
Tras la instauración en 1992 del Premio Patrón de la Cultura y las Artes para rendir homenaje a los mecenas más destacados, la casa bávara presenta las primeras creaciones ligadas a este concepto, Lorenzo de Medici y Ernest Hemingway, dos estilográficas y un bolígrafo que marcaran la línea a seguir en años venideros.
La primera es una pluma, limitada a 4.810 unidades y de cuerpo octogonal, realizada en plata con grabado manual vienés y plumín bicolor de 18 quilates con respiradero corazón y la segunda un precioso juego, formado por veinte mil estilográficas y treinta mil bolígrafos, muy buscado por los coleccionistas, que viene acabado en resina preciosa coral y marrón con detalles chapados en oro, plumín rodiado esmerilado a mano y la firma del escritor.
Ambas unidades, de generoso tamaño y carga a émbolo, transmiten un inconfundible aroma clásico y artesanal y cuentan con numerosos detalles que las dotan de singularidad y un atractivo innegable.
Patron of Art
La serie Patrón de las Artes, la más exclusiva de todas y sustentada en el premio cultural que concede Montblanc en varios países y que otorga a los galardonados una pieza en oro macizo de la edición correspondiente como mención honorífica, busca reflejar en su concepción y diseño el personaje al que da nombre.
Cuenta con 21 referencias (Medici, Octavian, Louis XIV, The Prince Regent, Semiramis, Peter I, Catherine II, Alexander the Great, Friedrich II, Charlemagne, Pompadour, Andrew Carnegie, Copernicus, Pierpont Morgan, Julius II, Henry Tate, Humboldt, François I, Oppenheim, Elizabeth I y Gaius Maecenas) y desde 1995 se ofrece en dos ediciones, Limitation 4810, que refleja la altura del Mont Blanc, y Limitation 888, inspirada en el número de la suerte asiático y mucho más restringida.
Es muy difícil destacar alguna de ellas puesto que son pequeñas obras de arte con forma de estilográfica y la elección depende mucho de la subjetividad y el concepto de belleza.
La dedicada a Gayo Octavio presenta una tela de plata calada que envuelve su cuerpo de resina preciosa a la manera de una telaraña que simula la red desplegada por el emperador romano y la que homenajea a Luis XIV se presenta íntegramente acabada en vermeil con delicados y profusos grabados florales que nos remiten a las decoraciones y jardines versallescos de la corte del Rey Sol.
Por su parte, la presentada en 1995 en honor de Jorge IV, la primera que incluye la colección adicional limitada a 888 ejemplares, es una suntuosa pluma de resina azul y camisa metálica en plata vermeil u oro adornada en la gama más alta con rubíes y brillantes insertados en la corona de la Casa Real Inglesa.
Después, llegará la notable Semiramis, en honor de la reina del imperio asirio-babilónico defensora de los escribanos, rematada en resina negra con intrincada red en vermeil u oro e incrustaciones de esmalte rojo. Monta, en la serie noble, un brillante en el clip y se ornamenta con motivos florales, vegetales, animal heráldico y símbolos.
En 1997 aparecen los modelos de Pedro el Grande y Catalina, de concepción similar aunque con trazos propios.
El del zar de Rusia luce un delicado trabajo de orfebrería sobre un cuerpo de resina noble de color verde oscuro rodeado de coronas de laurel y embellecido con líneas caladas rematadas con tréboles.
Muestra un plumín de 18K adornado con el águila bicéfala y se presenta en versión vermeil y en oro blanco con anillo de esmeraldas bajo la estrella blanca de la casa.
La versión de la zarina, continuadora de la obra del anterior, se diferencia en la resina de tonalidad berenjena y la presentación en plata dorada u oro rosa de 750 milésimas con banda de rubíes.
La siguiente unidad, dedicada a Alejandro Magno, proclamado hijo de Amón sobre la tierra, luce un diseño radicalmente diferente.
Lleva, según modelos, un cuerpo de resina negra / verde con vetas doradas y un capuchón chapado o en oro de 18 quilates decorado con acanalados y cenefa lacada en los mismos tonos con ornamentos de flores de loto y diamante lágrima en el clip.
El rey prusiano Federico el Grande es otro de los personajes que merecen una edición especial por parte de Montblanc, con una pieza de plata dorada / oro blanco con detalles en forma de arco, chapados o en platino, y plumín retráctil, y otro tanto ocurre con Carlomagno, con una estilográfica poderosa y llamativa realizada en plata u oro blanco trenzado con adornos de herrajes bañados en oro en la edición económica y tsavoritas -granates verdes-en el anillo y el clip en el caso de la serie lujo.
Con la entrada en el nuevo siglo se presenta el modelo de la marquesa de Pompadour, la ‘Musa del Rococó’, en cuya realización la firma alemana emplea porcelana de Meissen.
Hay dos acabados. La línea 888, que lleva el cuerpo y el capuchón rematados en este selecto material y pintados a mano con adornos florales y el retrato de la homenajeada, además de detalles en oro de 18K, y la 4.810 que restringe la porcelana al capuchón, embellecido con una rosa, mientras que el cuerpo viene chapeado con inscrustaciones lacadas y herrajes bañados en oro de ley.
Una preciosa pluma que nos transmite el lujo y la opulencia de la vida cortesana de Versalles durante el reinado de Luis XV.
El siguiente mecenas en ser plasmado en la colección es Andrew Carnegie, el magnate del acero de origen escocés promotor del Art Noveau, a través de una unidad que emplea de nuevo el recurso de la malla metálica envolviendo la superficie del artículo de escritura.
En este caso se opta por resina negra / nacarada y una camisa de plata / oro blanco. Luce un plumín bicolor rodiado con un lirio grabado y presume de un clip que representa a una figura femenina modelada con alas de mariposa, así como la estrella de la firma en nácar en la tirada más corta.
Nicolás Copérnico es otro de los sabios que no podían faltar en estas ediciones de coleccionista de Montblanc.
Para loar su figura, la casa bávara se decanta por una estilográfica en resina lacada de color antracita u oro blanco con nueve anillos y finos acanalados en su superficie.
Tiene un clip calado en el centro y rematado por una piedra meteórica verde, simbolizando al sol, que en la edición 888 se sustituye por un diamante amarillo, piedra preciosa que también se utiliza para adornar el cuerpo, y el clip se embellece con un cincelado del histórico dibujo de órbitas del astrónomo italiano.
En 2004 la casa da a conocer la pieza de John Pierpont Morgan, magnate de las finanzas en los años dorados de Estados Unidos y amante del arte y las letras.
Se trata de una preciosista unidad en combinación de plata y moderna fibra de carbono o oro amarillo de 18K y diamante negro que crean una simbiosis armónica e hipnótica que rememora la era de la industrialización.
Al siguiente ejercicio se presenta la pluma concebida en honor del Papa Julio II, que en su versión más lujosa constituye una de las creaciones más aclamadas de la serie de Patrones de las Artes.
El impulsor de Roma como epicentro del arte renacentista revive en una estilográfica selecta que recuerda los hábitos del pontífice en su composición.
Rematada en resina color crema con enrejado laminado en oro o acabada en laca guilloqueada marrón rojiza, oro de 18 quilates, rubíes y estrella de madreperla, equipa un fiable mecanismo de pistón, al igual que la mayoría de las referencias de la colección, y la parte superior del capuchón se modela con la forma de la tiara papal.
En años posteriores aparecen la pluma de Henry Tate, el magnate del azúcar en la Inglaterra victoriana e impulsor de la red de galerías de arte de fama mundial, y la de Alexander von Humboldt, notable explorador y considerado el naturalista más importante de la historia de Alemania.
La primera, acabada en plaqué platino o en oro amarillo de 18K con incrustaciones guilloqueadas lacadas en rojo y diamante en el anillo del capuchón, viene embellecida con cincelados lineales y detalles de corte arquitectónico y monta plumín retráctil.
En la segunda, Montblanc opta por la calidez de la madera, el ébano negro, para reflejar el espíritu del aventurero que conjuga con la plata esterlina y motivos decorativos que nos acercan al arte indigena iberoamericano.
Trabaja mediante carga por émbolo y el plumín platinado luce grabado un sextante. En su versión exclusiva el material principal se reemplaza por ónix y para las incrustaciones se adopta el oro amarillo.
En 2008 la firma alemana desvela la estilográfica de Francisco I de Francia, Padre y Restaurador de las Letras, Rey Caballero y Guerrero, que gestó la colección del Louvre, impulsó la biblioteca real y construyó el Collège Royal.
Una elegante referencia ofrecida en resina negra y ojo de tigre con detalles dorados y en nácar y oro blanco con lirios y cincelados florales.
Un año más tarde surge el modelo de Max von Oppenheim, relevante diplomático y arqueólogo del siglo pasado, que capta la fascinación por las culturas árabe y oriental que sentía el historiador alemán.
Modelada a la manera de las cúpulas de las mezquitas y trabajada con maquetería lacada translúcida gris clara, está acabada en plata de ley en la serie 4810 y en laca marfil y oro amarillo de 18 quilates en 888.
Ambas lucen grabados florales y motivos asirios.
Las dos últimas plumas recogidas en el volumen son las de la reina Isabel I de Inglaterra y la de Gaius Maecenas, reconocido como el primer benefactor del arte.
La dedicada a la monarca más famosa del Reino Unido se presenta en dos excelentes variantes, en laca negra brillante con detalles en oro y clip con cruz y gema verde o en laca roja, acabados en oro rosa y emblema en nácar, así como cincelados e insignias reales afiligranadas.
La de Gaius adopta también una apariencia regia y sorprende a primera vista por su originalidad y riqueza de detalles y acabados.
En plata de ley y laca veteada o en mármol y oro amarillo macizo, monta un espectacular clip con forma de espada, capuchón con enrejado calado o sólido, ambos grabados con la primera estrofa de una oda de Horacio dedicada al personaje, y luce en el extremo del cuerpo el retrato del mecenas sobre réplica de moneda romana, así como motivos cincelados de hojas de laurel.
La colección ha seguido seduciendo en estos seis últimos años con referencias elaboradas para ensalzar a figuras como José II, Ludovico Sforza, Henry E. Steinway, Luciano Pavarotti y Peggy Guggenheim, la última pieza en aparecer.
La del emperador del Sacro Imperio Romano viene realizada en laca roja y blanca con detalles en dorado y también en plata, laca azul y blanca, detalles en oro blanco y emblema en nácar bajo cristal zafiro y la del duque milanés, inspirada en la arquitectura del castillo familiar, en plata y laca negra y en oro amarillo y laca azul translúcida.
Por su parte, la del legendario inventor de pianos se presenta en laca negra y negra / blanca en honor a las teclas y con el capuchón, sólido dorado o en versión esqueleto de oro macizo, simbolizando la estructura del instrumento musical, el clip representando la prensa patentada que da forma a los bordes del piano y el plumín adornado con el retrato del artesano.
Las dos últimas de la serie, la del notable tenor italiano y la de la coleccionista y expositora de arte estadounidense, mantienen intacto el nivel de calidad y orfebrería de esta gama.
La estilográfica Pavarotti combina la laca negra y blanca con los detalles dorados, un clip estrecho y un bello culote jaspeado en rojo con motivos florales y cabujón turquesa, en deferencia a la indumentaria que el intérprete lucía en sus apariciones, y también se puede adquirir con cuerpo negro y capuchón en blanco embellecido con un dragón con ojos de granate alusivo a la ópera Turandot.
Para finalizar, la edición de la reina del arte moderno adopta el plaqué platino y se embellece con incrustaciones lacadas en negro y rojo y cincelados de cabeza de león y en la exclusiva versión 81 opta por el oro amarillo en un intrincado diseño calado.
Writers Editions
La serie de Escritores nace para honrar a los grandes narradores de la historia cuya obra transita imperecedera a lo largo de los años.
Está conformada por veinte referencias -Hemingway, Agatha Christie, Imperial Dragon, Oscar Wilde, Voltaire, Dumas, Dostoevsky, Poe, Proust, Schiller, Dickens, Fitzgerald, Julio Verne, Kafka, Cervantes, Virginia Woolf, Faulkner, Bernhard Shaw, Thomas Mann y Mark Twain- que se adquieren de manera individual y en juegos de estilográfica, esferógrafo, portaminas o rollerball.
Llevan la firma del autor y el número de serie estampado en la superficie y cuentan con detalles personalizados.
Las tiradas son muy variables pero más extensas que en la serie anterior lo que permite, en líneas generales, precios más contenidos.
Se fabrican entre 12.000 y 23.000 ejemplares para las plumas aunque hay piezas que cuentan con ediciones adicionales de menor producción (888 y 4810) mientras que la suma de los bolígrafos, lapiceros, rollers y sets de escritura tiende a sobrepasar la cifra de estilográficas comercializadas.
La primera, ya analizada, es la de Hemingway y la siguiente en salir, en 1993, es la asignada a la famosa autora británica de novela policíaca, Agatha Christie.
Se trata de un juego que recupera el estilo clasicista de la década de los veinte y se construye con resina preciosa negra y plata o vermeil.
Equipa un clip con forma de serpiente, dotado de rubíes o zafiros en los ojos del reptil, y un plumín rodiado en oro de 18K con el grabado del ofidio.
Después, aparece la versión Imperial Dragón, en línea muy similar a la anterior y también en versión pluma, bolígrafo y set.
Cuerpo y capuchón de resina negra y adornos en plata o vermeil con un clip de dragón con ojos de rubíes o zafiros, plumín con la cabeza cincelada y anillo con la inscripción Montblanc Meisterstück.
En 1994 la marca presenta la gama de Oscar Wilde, el extravagante literato británico autor de ‘El fantasma de Canterville’.
Viene construida con resina veteada en negro y perla con detalles en vermeil y monta un plumín elaborado a mano en oro de 18K.
Voltaire, el subversivo narrador y filósofo francés, es otro de los personajes acreedores al homenaje brindado por la casa bávara.
De nuevo, la firma opta por vestir la pieza con resina noble de color negro y aplica plata dorada para los adornos, en este caso focalizados en la banda, el clip curvo y la ancha faja del extremo superior de la capucha labrada con puntos y motivos vegetales.
La última creación que analizaremos hoy corresponde también a un autor galo, Alejandro Dumas, el vibrante novelista de aventuras inolvidables como ‘El conde de Montecristo’ y ‘Los tres mosqueteros’.
La unidad, lanzada en 1996, es una de las más conocidas de la colección debido a un error cometido por la marca durante el proceso de producción -cambiar la firma del padre por la del hijo-confusión que, con el tiempo, ha otorgado mayor valor a estas primeras referencias salidas de la fábrica.
De generoso grosor, viste capuchón de brillante resina marrón, cuerpo nacarado y detalles dorados, entre ellos las franjas verticales que surcan la parte inferior, el clip de bola con detalle de espada y el anillo ornamentado con hojas.
Trabaja mediante émbolo y equipa un plumín bicolor en oro de 18 quilates con un grabado de lirio francés y respiradero circular.
Cerraremos esta entrada en mayo con las restantes series recopiladas en el libro. Deseamos que la espera merezca la pena.