Siguiendo con la entrada inconclusa sobre los contrastes y las técnicas empleadas en piezas chapadas y realizadas con materiales similares a la plata, este mes hablaremos de cómo estimar la época de un artículo, de los términos y numeraciones que aparecen estampados en los objetos y de algunos fabricantes y enseñas conocidos dentro del sector.
Otra de las marcas que aparece de forma frecuente en los artículos antiguos plateados es ‘Hotel Silver‘, una nomenclatura que alude a una galvanoplastia realizada expresamente para el sector hotelero y de transporte de pasajeros.
También pueden encontrarse palabras como Plata veneciana (Venetian Silver) y Plata de Nevada (Nevada Silver) que identifican piezas de metal sólido (níquel) mezclado con plata en una proporción menor que la esterlina.
Otro punzón interesante hace referencia a la Plata Ruolz, una aleación de cobre, níquel y plata empleada en cuberterías y joyería y desarrollada en 1841 por el conde francés Henri de Ruolz.
El químico descubre también un método para dorar o platear objetos aplicando electrolisis y usando metales preciosos disueltos en cianuro de potasio.
Siguiendo con esta línea, podemos citar también a la enseña gala Christofle, fundada en París en 1830 y dedicada, una década más tarde, a la producción de productos chapados gracias a la adquisición de la licencia francesa sobre las patentes de galvanoplastia de George y Richard Elkington y a los descubrimientos de Ruolz.
La prestigiosa firma, que completa su gama con artículos de platería, implementó también una colección (Gallia) elaborada con una aleación metálica similar al estaño que suele ir marcada Gallia Metal y sus piezas chapadas casi siempre incluyen, además de sello de la manufactura, los dígitos que hacen referencia al espesor del recubrimiento.
En el caso de España, la emblemática casa Meneses, un taller que desde 1840 manufactura cuberterías y objetos de plata de primera calidad y llega a ser Proveedor de la Casa Real, produce desde sus inicios piezas chapadas.
El fundador, Leoncio Meneses y Alonso, aprende las técnicas del dorado, el plateado y la galvanoplastia de mano de ingenieros británicos durante una estancia en Gibraltar e introduce en España estos procedimientos en muchas de sus colecciones.
Estos productos pueden aparecer con sellos como Meneses y Meneses Madrid acompañados de la expresión metal plateado o los números alusivos al grosor del baño de metal precioso.
Otras muchas marcas prestigiosas en el ámbito internacional como la joyería estadounidense Tiffany & Co., fundada en Nueva York en 1837, han lanzado líneas y colecciones de piezas plateadas para captar clientes de menor poder adquisitivo.
Grosor del chapado
La calidad y el espesor del baño puede expresarse de diferentes maneras.
En Francia y España, por ejemplo, se opta muchas veces por catalogarlo mediante micras (10, 20, 35, 45, 55, 70, 85, 90) mientras que en el Reino Unido y Estados Unidos eligen un sistema de letras (AA, A1-AI, A, B, C y D) que, por índice alfabético, determinan el grosor del enchapado conteniendo la primera categoría tres veces más plata que la segunda.
Otra fórmula es emplear expresiones como doble, triple y cuádruple para indicar la cantidad de baños que ha recibido el objeto en cuestión, un parámetro decisivo ya que marca la durabilidad del artículo.
Distintas numeraciones, a menudo de cuatro cifras, pueden aparecer también en este tipo de referencias antiguas e identifican el número de producción, la patente o el stock del fabricante, además de coincidir con las que se muestran en los catálogos impresos para los minoristas.
Igualmente, existen muchas otras marcas comerciales que remiten al metal precioso aunque no lo contengan conforme a ley.
Es el caso de la expresión Tibetan silver, una aleación que en origen llevaba un 30% mezclada con cobre, zinc y otros metales y que en la actualidad carece de ella, y a diferentes términos ( Albion silver, African silver, Argentum, Argentium, Austrian silver, Brazillian silver, Norwegian silver, Pelican silver, Potosi Silver, Venetian Silver, Silverite, Silver Soldered, Sterling Inlaid…) que apuntan a laminados y aleaciones.
También hay otras fórmulas que pueden llevar a equívoco al comprador cuando, en este caso, se refieren a plata de ley de la mejor calidad como sucede con Argentium silver, una aleación que contiene un 93,5% o un 96% de metal precioso combinado con cobre y metaloide germanio y que en su versión más pura se equipara con la plata Britannia (95,8%).
La plata auténtica suele presentarse en purezas que van desde las 800 milésimas (plata antigua europea, european silver o continental silver) a las 925 de la esterlina.
Datación de artículos plateados
Como indicamos al principio del post, los fabricantes de objetos chapados no suelen seguir reglas estandarizadas para marcar sus piezas y generalmente los punzones se inspiran en los oficiales para el metal precioso, usando letras góticas y las iniciales del creador en lugar de su nombre.
En los británicos puede aparecer una S detrás de la denominación comercial que significa Hijo / Hijos aunque también puede referirse a la ciudad de Sheffield. El sistema de letras cubre igualmente localidades como Londres (L), Manchester (M) y Glasgow (G) pero que se sepa no existe la B de Birmingham.
Para procurar fechar o valorar una pieza de esta índole hay que buscar información que nos permita situarla en el tiempo.
Datos como la prohibición gubernamental de grabar la corona de la platería de Sheffield en productos chapados desde 1896, las fechas del registro del patrón en la Oficina de Patentes o la marca Ld o Ltd, que ubica el artículo con posterioridad a 1861, nos pueden ayudar.
Otros en los que podemos fijarnos son la estampación de las letras Rd seguidas de una cifra (después de 1883), la aparición de la palabra Inglaterra (obligatoria para la exportación a América a partir de 1891) o la leyenda Made in England (usada después de 1921).
También se puede recurrir a estudiar el estilo de la pieza, rastrear la historia empresarial y societaria de la compañía y buscar grabaciones de dedicatorias o eventos especiales en el objeto como las conmemoraciones reales.
Las empresas de mayor dimensión (Elkington, Walker & Hall, Mappin & Web…) introducen voluntariamente sistemas para datar sus laminados de plata, usando series de letras recogidas en escudos o figuras geométricas, que son de gran utilidad para el coleccionista.
Marcas y contrastes
Existen infinidad de firmas a ambos lados del Atlántico dedicadas al comercio de artículos laminados, chapados o elaborados con materiales que simulan plata.
En Estados Unidos y Canadá encontramos casas como Academy Silver, Anchor Silver Plate, Alvin Corporation, Apollo Silver Company, Bailey & Co., Barbour Bros, Barker Bros, Henry Birks & Sons, Corbell & Company, Evans Case & Company, Gotham Silver, Holmes & Edwards Silver, Ernest Kaufmann, Landers, Frary & Clark, Majestic Silver Company, John O. Mead, Napier, Oneida Silversmiths, Rogers, Rockford Silver Plate, James H. Stimpson y Eg Webster & Son.
Por lo que respecta a Europa, citaremos también algunas marcas distribuidas por países: Reino Unido (William Adams, Alpha, Barker Brothers, Jonathan Bell & Son, Cardinal Plate, Carrington & Company, Civic, William Clark, Falstaff, Fenton Brothers Ltd, Ianthe, Imperial, T. Land & Sons, Joseph Parker y William Page & Co), Francia (Alfenide, Cailar, Bayard & Cie, Felix Cheron, Rex, Deschamps Freres, Charles Julien, Aristide LeClerc y Saglier Freres), Alemania ( Fleitmann & Witte, Floreat, Gayer & Krauss, Gerhardi & Co y Orivit), Suecia (C. R. Carlstrom y Gense), Dinamarca (S. Christian Fogh y Hans Jensen), Polonia (Fraget), Italia (Guido Galbiati e Ibis), Rusia (Alexander Kach), Bélgica (Usines Reppel) y Holanda (Van Zwanenburg y Royal Zilverstad).
Esta relación es tan sólo una pequeña muestra de compañías y enseñas ya que la abundancia hace imposible entrar más a fondo en la cuestión.
Por último, en materia de contrastes recalcar que lo importante es no dejarse deslumbrar por coronas, cabezas de animales, elementos arquitectónicos, letras y demás parafernalia a la que recurren las casas comerciales para tratar de dar más empaque a piezas sin plata o con un bajo contenido de metal precioso.
Lo primero es determinar el tipo de compuesto y su grado de calidad y luego, si es posible, el país o zona de fabricación para finalmente procurar identificar la marca y una fecha estimada de manufactura.
Una vez aclaradas estas cuestiones, nuestra opinión es que no tiene mucho sentido perder tiempo intentando datar una pieza que sabemos que es chapada salvo que tenga una calidad sobresaliente o posea atributos singulares ya que su valor siempre será bajo al contrario que la plata de ley.
Pero como muchas personas nos reclaman con mensajes información referente a todos estos temas esperamos que esta serie de dos artículos os sirva para esclarecer gran parte de vuestras dudas.