A principios del siglo XIX el sector editorial en España se reducía a contadas empresas y la oferta de ejemplares juveniles e infantiles y, sobre todo, volúmenes escolares de grado elemental era muy escasa.
Las cartillas, silabarios y títulos religiosos aún constituían la base de la enseñanza pero, poco a poco, otros manuales se incorporan a este utillaje pedagógico que apenas se empleaba en el aula ya que el maestro era la fuente de la que bebían los alumnos lo que frenaba la demanda de nuevos contenidos, autores y editores. Continuar leyendo «Libros infantiles ilustrados y manuales de escuela (II)»