Kaweco y su famoso modelo Sport

 La historia de la firma Kaweco, una de las más conocidas de Alemania junto con Montblanc, Lamy, Soennecken o Pelikan, se remonta a finales del siglo XIX.

Su historia comienza, como la de la mayoría de los fabricantes europeos de la época, importando productos de escritura de los Estados Unidos, sobre todo plumínes de oro y también componentes sueltos y plumas que luego personalizaban y adaptaban al gusto de los compradores germanos.

Fueron dos comerciantes, Otto Koch and Rudolph Weber, quienes en 1892 fundaron una compañía llamada Heidelberger Federhalterfabrik Koch, Weber & Co. La contracción de ese nombre dió lugar a la denominación Kaweco como se conoce en todo el mundo.

Sus primeros pasos fueron firmar un acuerdo comercial con la casa A. Morton de Nueva York para adquirir plumines que, hasta 1920, se comercializaban indistintamente con el nombre de la marca alemana o de la empresa estadounidense.

En torno a 1911, la firma ya ofrecía un completo sistema de personalización de estilográficas con variedad de estilos y sistemas de carga. Cuerpos negros o marmolizados, redondos o cuadrados, con camisas de oro de 18 quilates, incrustaciones de madreperla, plata, chapados y otros muchos diseños.

No disponía de gran variedad de alimentadores pero, a cambio, podía presumir de fabricar hasta ocho mecanismos de llenado como émbolo o pistón, safety, eye-dropper, sleeve filler o coin filler.

 Además de Kaweco, en esos años la empresa también empleaba otras marcas como Omega, Lilliput y Perkeo, lo que, unido a su costumbre de combinar varios sellos de marcado en el plumín y el cuerpo y a la gran variedad de productos disponibles, terminó por generar una gran confusión en el mercado, hasta el punto de llegar a vender productos realizados en América, como la Swallow producida por Morton, bajo el sello Kaweco.

Este hecho afectaba a la imagen de la compañía, que necesitaba crear una identidad corporativa fuerte y común, pero no le impidió exportar sus diferentes marcas a otros países y abrir delegaciones en medio mundo (París, Viena, Estambul…). El problema no hacía sino crecer: dos de las terceras partes de la producción se vendían fuera como Kaweco cuando en realidad eran plumas estadounidenses importadas y remarcadas.

No fue hasta 1912 cuando Kaweco se decidió a dar el paso e intentó producir su primera pluma propia y distintiva.

Sería una pluma de seguridad (safety pen), de rosca patentada y diseñada para evitar derrames de tinta, que en esos momentos sólo producían, además de Waterman, algunas pequeñas compañías inglesas y estadounidenses, lo que le otorgó una posición predominante en el mercado.

Se fabricó en varios tamaños (600, 601…) en ebonita negra con acabado liso o guilloché y también bañada en oro y con adornos de esmalte, plata o plata nielada.

Esta unidad se vendía publicitariamente como dirigida especificamente a deportistas, militares, mujeres y personas de vida activa. A partir de 1913, la empresa ofrecería, bajo el subtítulo ‘Sport-Series’, toda su línea de plumas pequeñas por lo que puede considerarse al modelo 616 corto como el precursor de la famosa serie.

 El éxito de la línea le permitira expandirse y adquirir a su antiguo proveedor de plumínes-Morton- trasladando a Alemania parte de la planta de producción y el conocimiento técnico, lo que la convertirá, desde 1914, en la primera empresa del país en fabricar sus propias cabezas de oro con punta de iridio soldada.

Esta decisión se revela fundamental durante los duros años de la Primera Guerra Mundial en los que Kaweco suministra plumínes de oro al resto de fabricantes germanos y adquiere una posición de liderazgo en su mercado local como se encarga de publicitar en 1921 con su nuevo lema: ‘La marca más antigua de Alemania’.

Los primeros indicios de crisis aparecen a mediados de la década cuando la pujante competencia de firmas como Montblanc y Soennecken, la aparición de nuevos materiales y sistemas de carga en el sector, y las coloridas plumas de Parker comienzan a afectar seriamente a las ventas de sus modelos, ya obsoletos en aquellos años.

Dificultades financieras que la llevan a la quiebra y la hubieran conducido al olvido de no ser por la aparición de otra compañía alemana, Grube and Woringen’s, que estaba especializada en producir réplicas basadas en la Parker Duofold y que contaba, en aquellos años, con una fuerte posición en el mercado de artículos de escritura germano.

En 1929, Kaweco cambia de manos aunque no pierde su nombre ya que los nuevos propietarios deciden que tiene más prestigio que el suyo propio y además mediante esta fórmula se garantizan los derechos de propiedad de todos los modelos antiguos.

Nada más aterrizar en la compañía y para evitar la bancarrota, remodelan toda su línea de productos y su nuevo modelo de Luxe, negro y perla y con plumín de 18K, se convierte en un éxito, a imagen y semejanza de las Parker estadounidenses, lo que les permite duplicar las ventas de sus artículos.

La exportación sigue siendo una de las principales fuentes de ingreso de la empresa y a mediados de la década de los treinta modifica de nuevo su línea de productos para alejarse y diferenciarse definitivamente de las tendencias que llegaban de América.

Usando un mecanismo de pistón, con la adición de un botón de llenado para los mercados exteriores, los modelos Dia y Elite aparecieron en tres tamaños, al igual que la línea Special y Sport (el modelo V 12 y el 12 G se pueden observar en las imágenes adjuntas).

Este último modelo, con su capuchón facetado y su diseño compacto, pequeño y seguro, se alejaba de la línea tradicional pero resultó todo un éxito y sentó las bases de la reputación que la compañía disfrutó durante algunas décadas. Le permitió recuperar mercados internacionales perdidos y labrarse una imagen de firma innovadora.

 El eslogan publicitario y la campaña ad hoc creada al efecto iba acorde con la forma de la estilográfica: ‘Pequeña en tu bolsillo, grande en tu mano’. Un lema irresistible que hizo que la empresa vendiera miles de sets con el bolígrafo o lapicero a juego.

En sus momentos de auge, en 1939, la empresa llegó a emplear a 230 personas en su factoría. Sin embargo, la economía de guerra puso freno a su expansión al aprobarse una ley que prohibía la fabricación de utensilios de escritura.

El daño fue notable y en 1950, cuando la producción estaba recuperada en su totalidad, el número de trabajadores seguía siendo inferior al de los años dorados.

De todas formas, la empresa se las apañó relativamente bien durante la postguerra. No sólo fue una de las primeras compañías del mundo en usar el moldeado por inyección sino que solventó la dificultad para obtener plumines de oro montando en sus modelos Dia y Elite cabezas de acero, cromo o níquel.

El uso del celuloide y el plástico en el modelo Sport junto a la introducción de plumines más suaves y de mejor calidad denotaban que los tiempos de austeridad comenzaban a disiparse. El nuevo eslogan era ‘Con Kaweco se escribe bien’.

La marca lanzó otros dos modelos económicos, Kadett y Kolleg, y el Karat con plumín bicolor como tope de gama, completando un extenso catálogo en el que coexistían diseños clásicos junto con plumas fabricadas con los nuevos materiales imperantes y un nutrido surtido de portaminas.

La aparición del bolígrafo y la muerte de Friedrich Grube en 1960 hizo que sus hijos concentraran todas sus energías en modernizar la línea de artículos pero no pudieron evitar el progresivo declive.

La línea Sport reapareció con un plumín semicubierto y más tarde equipada con cartuchos. La V1 o la V2 siguieron las líneas de diseño generales de la década, cuerpos delgados con materiales plásticos, capuchones de metal y uso de colores.

 En 1969 los problemas económicos regresan y la compañía sólo produce la línea Sport en un set con un bolígrafo en colores negro, burdeos y verde oscuro. Un modelo de corta vida porque la sociedad se ve obligada a declarar la bancarrota.

La solución temporal llega de la mano de la nuera de Friedrich Grube a la que se traspasan todas las patentes, las marcas comerciales y los modelos registrados.

Su empresa, ‘Liselotte Grube. Fabrik neuzeitlicher Schreibgeräte’, sigue fabricando la exitosa serie Sport, incluyendo el modelo conmemorativo lanzado por motivo de los Juegos Olímpicos de Múnich, y algunas otras unidades hasta el año 1986 cuando cierra definitivamente sus puertas.

Su historia es como la de tantas otras firmas que no lograron sobrevivir en el mercado. Un comienzo modesto como importadora de componentes que gradualmente va convirtiéndose en un fabricante de plumas que es capaz de desarrollar y exportar sus propios productos.

 Un proceso paralizado por la Primera Guerra Mundial y la consiguiente crisis económica de la que sólo logra salir gracias a la ayuda de otra empresa germana y a la introducción de una línea de artículos imitando los productos estadounidenses y en especial la famosa Parker Duofold.

Después de superar estas visicitudes, la empresa logra crear un estilo alemán propio y distintivo de plumas negras de carga por pistón que le dan ventas y prestigio en la década de los cuarenta. Desgraciadamente, sus malas decisiones empresariales en los años cincuenta la llevan al progresivo declive en la década de los sesenta y a su definitiva desaparición.

Otras marcas que se vieron en tesituras similares y sobrevivieron vieron como su fortuna cambiaba en los ochenta. Kaweco no pudo hacerlo, aunque la historia le concedió una oportunidad de recuperar su antigua grandeza cuando en 1995 la compañía h & m gutberlet GmbH, propiedad del coleccionista y diseñador de artículos de escritura Michael Gutberlet, adquirió sus derechos de producción y se asoció con Diplomat para distribuir sus productos a nivel mundial.

Esta segunda etapa se ha caracterizado por la recuperación de sus modelos clásicos, especialmente la línea Sport y unidades como la Combimatic 711, la King Limited o la Dia, y por la expansión y el éxito internacional de sus productos de escritura.

Sport

El modelo Sport es, sin duda, el más famoso de la gama de Kaweco. Si ya tuvo éxito cuando se lanzó, el tiempo lo ha convertido en un clásico, en una estilográfica diferente que no pasa de moda y mantiene todo su atractivo.

Ya en el año 1913, Kaweco comenzó a usar el eslogan ‘Sport-Series’ en los cortos modelos safety y a sentar las bases de su diseño, pero no sería hasta 1934 cuando la marca ofrece un set, ya identificado especificamente como tal, con la pluma número 9 y el lapicero número 17 en un estuche de cuero creado a juego creando una línea de productos que marcara época por su diseño innovador y singular. Se ofrecían en ebonita negra o burdeos y con doce tipos de plumines diferentes.

En 1938, la gama crece y aparecen los modelos 609 safety y el 612 equipado con pistón y dos nuevos portaminas, el 18 y el 884, además de nuevas tonalidades de color como el rojo, el azul o el marrón.

Dos años más tarde, se lanzaría la estilográfica número 12 y a finales de la década la 112 y el lapicero 840, fabricados en ebonita pero también en celuloide. La marca introduce igualmente variedades en las fundas de piel, que ahora se ofrecen en varios colores y con la moneda identificativa.

En los cincuenta la gama continúa su expansión, ya con el celuloide totalmente implantado en la línea de producción, y se completa con modelos más económicos, dotados con plumínes de cromo o níquel, y con la aparición de un bolígrafo llamado ‘fast writer’.

Es en los años sesenta cuando una nueva generación se hace cargo de la dirección de Kaweco y se ponen en el mercado el modelo 12 G, también disponible en verde, y el V 12 que progresivamente empieza a emplear las nuevas técnicas de moldeado por inyección, además de sustituir el plumín tradicional por uno semicubierto a la manera de la Parker 51.

Por último, a principios de los setenta se lanza al V 16 / V 16 N y el modelo conmemorativo para los Juegos Olímpicos de Munich.

La línea reaparece, tras la desaparición de la compañía primigenia, a mediados de los años noventa cuando se crean nuevas denominaciones dentro de la línea Sport como Trekking, Rnager y Yacht Sport, aprovechando las características intrínsecas del modelo, y se abre la paleta de colores incluyendo tonalidades como la amarilla o la transparente y empleando nuevos materiales acrílicos trabajados a mano.

Los nuevos propietarios han apostado durante estos años, de forma acertada a tenor de las ventas, por recuperar y actualizar todos los modelos clásicos de la firma alemana, y el último de sus lanzamientos, en 2010, fue el AC Sport, acabado en aluminio y carbono.

Los modelos de la línea que se exponen en las fotografías, el V 12 y el 12 G, fueron comercializados en los años sesenta en celuloide / resina negra y llevan los aros y el top rematados en latón bañado en oro. Montan un sistema de llenado por pistón y se diferencian en los plumínes, ya que aunque ambos están rematados en oro de 14 quilates uno es descubierto y otro semicubierto.

Las dos tienen el capuchón facetado y algo más grueso que el cuerpo y presentan una ventana transparente para observar el nivel de tinta. Tienen una longitud de unos 10 centímetros, una anchura de 1,3 y un peso que no llega a los diez gramos lo que, unido a su tamaño, le otorga gran ligereza y manejabilidad.

Son dos modelos representativos de una línea que debería estar presente en cualquier colección de estilográficas que se precie.

http://cgi.ebay.es/ws/eBayISAPI.dll?ViewItem&item=270750522027#ht_6338wt_989

http://cgi.ebay.es/ws/eBayISAPI.dll?ViewItem&item=270750494150#ht_6001wt_989

5 respuestas a «Kaweco y su famoso modelo Sport»

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