Juguetes ópticos: cine infantil en relieve JIN 3D

Antes de la aparición del cine, los niños afortunados ya jugaban a animar las estáticas imágenes de sus personajes favoritos gracias a bellos aparatos pioneros del cinematógrafo como la linterna mágica, el praxinoscopio o el zootropo, que daban vida a los protagonistas de los cuentos ayudados por lentes, vidrios pintados, espejos, y rollos de papel impreso.

Después de que los hermanos Lumière trasladaran el dinamismo de la realidad a una pantalla y Méliès la distorsionara y llenara de magia, las principales compañías jugueteras comenzaron a diseñar modelos inspirados en el séptimo arte.

En España, productos de éxito como el Cine NIC de los hermanos Nicolau Griñó en los años treinta y el Cinexin y el Super 8 de la compañía catalana Exin, en los setenta y ochenta, ofrecieron a los más pequeños la posibilidad de llevar ese sueño de celuloide adulto a su habitación.

Sin embargo, muchas otras empresas familiares y emprendedores entusiastas lanzaron al mercado infantil nacional tiradas reducidas de artículos ópticos, hoy raros y poco estudiados por los especialistas.

Uno de ellos es el cine infantil en relieve JIN, un juguete mágico a tenor de la singular historia que esconde su creación.

Este cine tridimensional fue registrado en 1954 en la Oficina Española de Patentes y Marcas por Juan Nieto, conocido artísticamente como ‘Gargot’, un mago, ilustrador, pintor, escultor y prolífico inventor nacido en la ciudad de Badalona a mediados de los años veinte.

Creador de infinidad de trucos y artilugios mágicos y considerado por muchos compañeros de profesión el pionero del ilusionismo español moderno, su carrera comienza en la década de los treinta con una serie de actuaciones en el Pueblo Español de Barcelona en compañía de su hermano Zongo.

El mismo que continuará a su lado, en los cuarenta, en las galas mágicas que ofrecían durante las sesiones dobles de cine a unas 25-30 pesetas la función.

 Pronto, su espiritu inquieto le encamina a idear soluciones y máquinas para el ámbito de la escenografía y a combinar la magia y el mundo de las marionetas y los ventrílocuos.

Fruto de esa experiencia-ha sido el artesano de muchos compañeros de profesión-, diseña, a comienzos de los cincuenta, un pionero aparato para facilitar el dibujo de comics, y un espectáculo a base de dioramas cómicos denominado ‘Estampas Españolas’.

 Posteriormente, patenta el cine infantil al que denomina JIN, una marca comercial creada de manera espontánea al unir la primera inicial de su apellido con la de su socio Jordana, que le acompaña durante el desarrollo y lanzamiento del proyecto.

El visor, comercializado por la sociedad Estereoscópicas JIN con sede en el número nueve de la Plaza de Cataluña en la ciudad de Barcelona, permitía contemplar en relieve cuentos infantiles dibujados sobre una película de papel que iba enrollada en dos cilindros de plástico que se insertaban en el interior del artilugio.

Al mover la tira, gracias a los controles laterales de color azul claro, las imágenes se desplazaban creando una falsa pero atractiva ilusión de movimiento tridimensional que encandilaba a los menores.

Existían gran variedad de títulos basados en las narraciones de toda la vida como Cenicienta, El País de las Maravillas, La Ratita Presumida, El Flautista de Hamelin, La hija del molinero o El gato con botas, e incluso se ofrecían filmes de dibujos animados realizados por la famosa factoría Disney.

La empresa lanzó cuatro tipos de series de películas de papel (azul, gualda, carmín y esmeralda) dedicadas a cuentos célebres infantiles, historietas cómicas, leyendas orientales y aventuras famosas.

El aparato venía acabado en baquelita de brillante color rojo, con los apoyos para los ojos rematados en negro, y presentaba un diseño robusto y compacto, lo que garantizaba durabilidad y muchas horas de juego.

Medía algo más de once centímetros de largo por ancho y siete de grosor, y se vendía en una caja de cartón ilustrada con personajes infantiles en dorado sobre fondo granate y el frontal adornado con una imagen del juguete en funcionamiento.

Incluía además una hoja a color con datos e información básica sobre el modo de utilización del cine en tres dimensiones.

Un producto didáctico y de calidad destinado a estimular la imaginación y creatividad de los más pequeños de la casa que hoy en día despierta gran interés entre los coleccionistas de juguetes y aparatos ópticos.

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