Las estilográficas clásicas y sus sistemas de llenado

Elegante modelo de la casa alemana Geha que monta mecanismo de pistón

Todo aficionado a las estilográficas se ha topado en alguna ocasión con una pluma antigua y ha tenido que investigar un poco para dilucidar cómo cargarla de tinta o ponerla en funcionamiento.

Al contrario que ocurre en la actualidad, en la época dorada de este instrumento de escritura existían infinidad de marcas de gama alta y convivían múltiples sistemas de llenado fruto de la competencia, la continua investigación y el afán de diferenciación entre las grandes firmas comerciales.

En la entrada de este mes queremos exponer los principales métodos de carga de las plumas estilográficas desde sus orígenes hasta el día de hoy donde predominan el cartucho, el convertidor y el pistón y otros mecanismos se reservan para las ediciones limitadas o especiales.

El estilógrafo moderno, con un depósito de tinta en su interior que alimenta el plumín por capilaridad, surge en la segunda mitad del siglo XIX y desplaza a los portaplumas y palilleros empleados hasta entonces.

Tuvieron que producirse varios avances decisivos para conseguir este objetivo como fueron la invención del plumín de oro con punta de iridio, el alimentador de tres canales patentado por Waterman que garantiza un flujo correcto, el uso de tintas menos corrosivas y la adopción del caucho / goma vulcanizada para la manufactura de las piezas.

Waterman’s Ideal. Carga cuentagotas. Ebonita negra y metal bañado en oro

Una de las primeras empresas en destacar en este incipiente mercado fue precisamente la casa neoyorquina que obtuvo bastante éxito a partir de 1885 con sus modelos de carga a cuentagotas (eyedropper), una idea que deja el cuerpo de la pluma hueco y lo usa como depósito.

Esta opción resultaba sucia y lenta y producía bastantes derrames por falta de estanqueidad pero fue optimizada mediante diversas soluciones.

La pluma de seguridad (safety fountain pen), comercializada por Waterman y otras firmas pioneras como Brown o Morris W. Moore, contaba con un plumín retráctil que al contraerse ejercía como tapón e impedía que la tinta del cuerpo se vertiese.

Para llenarla, tras colocarla en posición vertical, quitar el capuchón y mantener el plumín dentro del cuerpo, se echaba la tinta con el cuentagotas y se giraba el extremo para dejar subir la punta y cerrar el hueco.

Su ventaja era que siempre estaba lista para escribir al tener el punto húmedo y sumergido y además el doble cierre que ejercían el plumín y el capuchón minimizaba las pérdidas de líquido.

Waterman’s Ideal Nº 42. Ebonita y anillos oro. Plumín retráctil. Safety. Cuentagotas

Otra variante fue gestada por las marcas japonesas y estaba dotada de una válvula de sellado en el culotte que impedía el paso de la tinta a la boquilla y permitía regular el flujo en el plumín ( japanese eyedropper).

Por último, varias firmas estadounidenses resolvieron el problema de los vertidos de tinta sin recurrir a los plumines retráctiles mediante el empleo de capuchones de rosca para cerrar las unidades.

Entre estas referencias, llamadas igualmente de seguridad, podemos encontrar la Parker Jack Knife o la Swan Screw-Cap.

Pastillas de tinta de Parker a diez centavos

Otro método intermedio utilizado a principios del siglo pasado por algunos fabricantes como Parker y Aurora fue habilitar un espacio en el cuerpo de la unidad para albergar pequeñas pastillas de tinta (ink tablets) que reaccionaban al llenar la pluma de agua y permitían escribir con garantías.

El siguiente paso llegaría con los sistemas de autollenado que continúan usando el cuerpo para almacenar la tinta o se decantan por nuevas soluciones a partir de depósitos interiores flexibles (los sacos de caucho y silicona) y rígidos desechables (cartuchos y convertidor)

Entre los primeros, que iremos analizando en función de su aparición histórica para seguir un cierto orden, habría que destacar el relleno de émbolo (piston filler), activado por rosca o jeringa, el vacumatic, la bomba de vacío, el bulbo de goma (bulb filler) y el Ink vue.

Modelo de Conklin equipado con el sistema de llenado de media luna. Fuente: www.pinterest.com

En relación a los segundos, uno de los más conocidos fue el de media luna (Crescent filler, 1897), lanzado por la casa Conklin, en el que una pieza metálica semicircular situada en una ranura del cuerpo rodeada por una anilla de bloqueo acciona el fleje interior que, a su vez, aprieta el saco de goma que, por vacío, se llena de tinta.

Sheaffer Balance Abalone. Palanca. Celuloide y madreperla

Sobre este mismo principio, aunque con una ejecución más sencilla y una estética más atractiva y ergonómica, Walter A. Sheaffer desarrolla unos años más tarde el aclamado método de palanca lateral (lever filler, 1907) en el que la presión sobre el fleje la ejerce una leva giratoria embutida y unida al cuerpo.

Sin duda, el más imitado y adoptado dentro de la industria (Meteore, Swan, Wahl, Morton, Le Boeuf, Aikin Lambert…) con la introducción de pequeñas modificaciones (el relleno Hatchet, las bridas laterales de Conway Stewart…) para no generar pleitos de patentes.

La propia Waterman, además de gestar su propio sistema de palanca que sitúa y articula dentro de una caja de metal en lugar de anclarla al cuerpo, comercializa el procedimiento de funda deslizante (sleeve filler, 1910), considerado el segundo de autorrelleno del mundo.

Estas unidades tenían un depósito de caucho sujeto a la boquilla y el cuerpo contaba con una zona deslizante que al moverse dejaba a la vista una barra de metal que era la que debía presionarse con el dedo para cargar la pluma.

La firma de Nueva York, el gallo del ramo hasta la década de los treinta, presenta también referencias que se accionaban con una moneda de forma ovalada (coin filler, 1912) en lugar de con la media luna diseñada por Conklin.

Waterman Sleeve Filler con camisa chapada. Fuente: wwww.fountainpenboard.com

Ese mismo año Parker desvela otra alternativa basada en idénticos parámetros: el método de botón (button filler, 1912), que será el elegido para equipar la prestigiosa serie Duofold y que presume como principal ventaja de que no requiere alterar la forma de la estilográfica.

Parker Duofold Lady. Celuloide. Carga botón

Una tecnología en la que la presión es ejercida por un botón situado debajo del culotte que actúa sobre la barra interior.

La ocurrencia de usar un elemento metálico para realizar una presión mecánica indirecta sobre un fleje o un depósito flexible admite interpretaciones de menor trascendencia pero muy curiosas y coleccionables.

Podríamos citar el sistema de barra, que utiliza una llave, una cerilla o una pieza cilíndrica alargada que se introduce verticalmente por un agujero practicado en el cuerpo de la pluma, y el Hatchet, implantado por Crocker y John Holland, en el que la palanca, que puede estar unida al culotte para evitar que se abra por accidente, se levanta verticalmente y se presiona a la manera de un botón para comprimir la faja que rodea el depósito.

Estilográfica de la casa italiana Marlen con carga por llave. Fuente: www.chatterleyluxuries.com
Modelo de John Holland con llenado Hatchet. Fuente: www.terapeak.com

Además, hay referencias con saco convencional unido a la boquilla que operan mediante giro / torsión (leverless), una solución usada por Swan en la que una barra de enredo accionada desde el culotte torsiona el depósito de tinta y también por otras casas comerciales aunque empleando flejes interiores o tubos de caucho en lugar de sacos.

Por último citar las unidades que equipan palanca reversa, en las que una pieza en forma de U rodea el depósito por su parte superior y lo presiona al accionarse hacia atrás.

Volviendo a los métodos de autorrelleno que siguieron usando el cuerpo de la pluma como depósito, uno de los más longevos es el que equipa un mecanismo de tornillo para desplazar un pistón que se mueve arriba y abajo para succionar o expulsar la tinta y puede accionarse girando la base o apretándola a la manera de una jeringuilla.

Detalle del pistón de una Montblanc de celuloide verde

Introducido en 1929 por la marca alemana Pelikan a partir de una patente del croata Eduard S. Penkala, es el más común en las estilográficas modernas tras el cartucho y lo emplean principalmente las firmas europeas, entre ellas la mítica Montblanc.

En 1933 se presenta el sistema Vacumatic desarrollado por Parker que marca un antes y un después en el sector y obliga al resto de enseñas a reaccionar para hacer frente a una amenaza que les robaba clientes y prestigio

Se basa en un pistón interior recubierto por una membrana / diafragma de goma que se presiona varias veces con un pulsador oculto en el extremo del cuerpo para expulsar el aire e introducir la tinta en el barril mediante un capilar sujeto al alimentador.

Sistema de carga Vacumatic con pulsador ambarino desarrollado por la casa Parker

La solución permite cargar mucha más tinta y visualizar el nivel de llenado gracias al celuloide translúcido aunque requiere de herramientas específicas para poder sustituir la goma deteriorada.

La marca lo monta en la serie del mismo nombre pero también en la línea Duofold y en los primeros años de producción del modelo 51.

Su éxito impele a Waterman a desvelar el Ink-vue (1936) que guarda mucho parecido con el anterior salvo porque en lugar de un pulsador se usa una pequeña palanca exterior situada en el extremo del cuerpo, primero de una pieza y luego articulada, que presiona sobre una goma interior.

Sistema Ink-vue desarrollado por Waterman

Otro método que sigue parámetros equivalentes a estos tres es la bomba de vacío que emplea un pistón presurizado para expulsar el aire de golpe y crear un vacío que se llena al instante de tinta.

El émbolo de varilla puede deslizarse hacia abajo para comprimir el aire que se expele al llegar cerca de la boquilla, como el Vacuum-Fil que Sheaffer (1934) introdujo en la serie Balance u otras líneas de Onoto y Wahl Eversharp, o hacer que salga por un tubo interior a la manera de la solución ideada por la casa americana Dunn.

Por último, está el sistema que emplea un bulbo de goma con tubo de respiración unido al extremo del cuerpo para sacar el aire por el alimentador e introducir la tinta.

Sheaffer Crest con carga Vacuum-Fil

Fue empleado por algunas casas europeas y estadounidenses como la francesa Stylomine o la americana Wahl-Eversharp en sus líneas económicas.

Por lo que respecta a los mecanismos con sacos flexibles retoman protagonismo con la aparición entre finales de los cuarenta y principios de los cincuenta de opciones muy interesantes: la carga aerométrica o de presión directa de Parker y los métodos de presión neumática comercializados por Sheaffer ( touchdown y snorkel ) e inspirados en la tecnología de Chilton.

Chilton Pneumatic Filler en bello celuloide

Este fabricante de Boston, por calidad uno de los grandes del ramo pero poco exitoso en la época y bastante desconocido fuera de Estados Unidos, lanza en 1925 el primer sistema neumático que resulta simple, robusto y funcional y permite además montar sacos de gran capacidad.

Sus colecciones tempranas instalan, al contrario que la marca de Iowa, el émbolo / tubo deslizante entre la sección y el cuerpo de la pluma, que tiene un orificio que debe bloquearse con el dedo para evitar que el aire se escape durante la compresión.

Sheaffer Admiral Touchdown en plástico negro y metal dorado

El Touchdown, en el que el saco de caucho va insertado dentro de una camisa o protector metálico, se presenta casi un cuarto de siglo más tarde y opera al extraer e introducir en el cuerpo el émbolo niquelado, atornillado al culotte, que es el encargado de comprimir el aire y presionar el depósito flexible para llenarlo de tinta.

El sistema resulta muy sencillo de usar y sustituir la goma dañada no tiene mucho misterio, pero la pluma lleva unas juntas tóricas internas para garantizar la estanqueidad que deben cambiarse con el tiempo si queremos que trabaje correctamente.

El aerométrico llega en 1950 para sustituir al Vacumatic. Consta de un saco unido a la boquilla y recubierto con una funda metálica con orificios y un fleje que, al presionar, expulsa el aire y, al retornar a su posición inicial, aspira la tinta a través de un capilar insertado en el alimentador.

Parker 21 con carga aerométrica y capuchón de acero inoxidable

La marca recomienda que la operación de llenado se repita cuatro veces para que el proceso se complete sin problemas.

Este método, que emplea un depósito de nailon o plástico en lugar de caucho, se ha demostrado muy efectivo y duradero y el transcurrir de los años apenas ha afectado al funcionamiento de las estilográficas que lo equipan.

Dentro de la carga aerométrica, hay modelos en los que la presión directa sobre la goma es ejercida por los dedos del usuario y otros que incorporan, al igual que Parker, un fleje que rodea el depósito.

En 1952 la casa estadounidense Sheaffer desvela el revolucionario sistema de llenado snorkel, tal vez el mecanismo más curioso y complejo ideado nunca para cargar una estilográfica

Se trataba de un método muy parecido al Touchdown pero dotado de un innovador tubo retráctil inspirado en los submarinos que, al girar el culotte en sentido contrario a las agujas del reloj, sale por debajo del plumín y permite llenar la unidad sin manchar la punta.

Sheaffer PFM V con sistema de carga snorkel. Plástico negro y metal chapado en oro

Una vez extraído por completo, se procede a tirar del émbolo y se carga la estilográfica con el tubo sumergido en el tintero durante varios segundos para que la tinta pueda fluir por el estrecho conducto.

La marca obtiene un reconocimiento unánime con este mecanismo y lo monta en catorce modelos diferentes de su colección, incluyendo la exclusiva PFM dirigida al público masculino.

Otros sistemas de depósito flexible son el de acordeón que cuenta con un saco en forma de fuelle, muy complicado de encontrar hoy en día, que se activa con un botón y el rotatorio (twist filler) en el que el culotte gira sobre sí mismo y tuerce la goma para comprimirla, una idea aplicada hasta los años treinta por Swan y otras marcas del ramo que genera un estrés excesivo en los sacos y reduce su vida útil.

Pluma equipada con un saco en forma de fuelle. Fuente: www.estilofilos.blogspot.com

El último de los métodos incluidos en este apartado es, sin duda, el más peculiar ya que consiste sencillamente en introducir aire soplado por un orificio practicado en el cuerpo para que presione la goma y la unidad se rellene.

Original resulta y su desarrollo contribuye a crear el mecanismo neumático de Chilton, pero su uso diario era sucio e incómodo por lo que algunas enseñas ofrecen bulbos de caucho a la manera de accesorios para poder cargar las piezas de una manera más apropiada, digna e higiénica.

En materia de depósitos rígidos podemos hablar de soluciones fijas (capilaridad) e intercambiables (cartuchos y convertidores).

La Parker 61 montaba el innovador sistema capilar que se cargaba mediante ósmosis

La ósmosis (capillary filler) fue introducida por primera vez en 1956 por la marca Parker en su modelo 61, muy parecido al icónico 51 pero más delgado y novedoso y, sobre todo, con una característica rompedora: se llenaba solo.

El sistema, sin partes móviles, llevaba un depósito rígido fijo enlazado a la sección que contenía una delgada lámina de polietileno desarrollada por la corporación Dupont.

El plástico, perforado con orificios y enrollado dentro de un tubo metálico cilíndrico recubierto de teflón con tres agujeros en el extremo, estaba diseñado para rellenarse por capilaridad al sumergirlo durante treinta segundos en un tintero.

El sencillo sistema de Parker es propenso a atascarse sin un correcto mantenimiento

El sencillo mecanismo, cuyos primeros prototipos se cargaban por el plumín y tenían un sistema capilar de lámina de plata, supuso, sin embargo, un ingente trabajo de desarrollo e investigación para fabricarlo con la calidad adecuada y representó uno de los últimos intentos de las grandes firmas de seguir el camino de la innovación ante la presión comercial que ejercía el bolígrafo.

Su mayor defecto es que el depósito tiende a obstruirse si se deja la tinta secar o se emplean pigmentos de color aunque, en la mayoría de los casos, basta con limpiarlo con agua. En los atascos persistentes, puede ser necesario recurrir a un limpiador de ultrasonidos.

La moderna estilográfica Montblanc Edición 100 Aniversario trabaja con cartuchos

El cartucho, en la actualidad casi el método universal de llenado de estilográficas, es un depósito desechable o recargable de plástico cerrado y relleno de tinta que encaja a presión en la boquilla al romper el sello y presenta diferentes medidas de boca en virtud de los estándares de cada fabricante ya que la versión internacional no vale para todas las plumas.

El sistema, que reduce las alternativas de elección de pigmento respecto a los procedimientos clásicos, fue introducido, de forma masiva, en 1954 por la filial francesa de la desaparecida marca estadounidense Waterman (JiF-Waterman).

Rápidamente fue adoptado por la mayoría de los fabricantes como Sheaffer y Parker aunque las enseñas germanas e italianas siguieron apostando por el mecanismo de pistón y fueron más reticentes a incorporarlo en sus colecciones.

Convertidor en una estilográfica Delta 365

El convertidor / cargador, un depósito de plástico que se rellena mediante sistema aerométrico, de jeringa o de émbolo, soluciona el problema de selección de tinta, es cómodo y sólo se sustituye a largo plazo.

Sus únicos puntos débiles son la compatibilidad, ya que no siempre se puede intercambiar entre modelos, y la capacidad que, a veces, representa la mitad de un cartucho, lo que exige recargas frecuentes si se escribe con asiduidad.

El artículo expone la gran mayoría de sistemas de llenado de las estilográficas antiguas y modernas aunque existen algunos otros, en su gran mayoría variaciones sobre los ya citados.

Deseamos que la narración y las fotos os sean de utilidad y si tenéis alguna duda sobre cómo actuar con un modelo siempre podéis consultarnos.

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